ÁTICO EN VITORIA

 

Una reforma parcial de la casa, un restyling en el suelo y las paredes de toda la vivienda lograron rejuvenecer y hacer funcionales la cocina y el baño de este piso.

Comenzamos hablando de lo primero que se ve del proyecto: el recibidor. En este espacio abierto encontramos un armario empotrado nuevo hecho a medida. Un armario de doble fondo lacado en blanco e iluminado en su interior. El resto del mobiliario antiguo lo hemos tratado igual, con el mismo acabado en lacado blanco mate.

Uno de los puntos más importantes de este proyecto, ha sido la reforma de la cocina. Ramón, un gran aficionado a los pucheros, quería un espacio abierto donde poder trabajar en las distintas zonas con agilidad. Antes tenían una península que obstaculizaba bastante el trabajo y teníamos claro que había que eliminarla. Debíamos potenciar las diferentes áreas de trabajo y disponer los armarios por todo el perímetro quitando obstáculos que le impidiesen trabajar.

Donde había un cierre convencional, ahora hemos colocado un murete con una estructura de metal negro de estilo industrial, con unos cristales que permiten el paso de la luz y la conexión visual entre la cocina y el salón.

El toque más zen de toda la casa lo tiene la sala de estar, que con su tono azul-agua nos invita a relajarnos. 

Desde el salón tenemos acceso a la terraza a través de la nueva puerta oscilo-paralela. Aprovechando el momento de la obra, se animaron también a cambiar el suelo de la terraza, colocando un suelo rastrelado especial para exteriores que desde ángulo estudio interiorista recomendamos.

Otro punto fuerte del proyecto fue la reforma del baño. Aquí nos pidieron dos cosas: 

1.- Conservar el mueble original de madera natural e integrarlo con el resto del baño.

2.- Ganar espacio. Para ello decidimos cambiar la puerta de acceso y colocar una puerta corredera. También hemos sustituido la bañera por un plato de ducha amplio con una mampara acristalada también corredera. 

La cerámica elegida es de estilo romántico acorde con el mueble, que a su vez, da un aire moderno al baño y que gracias al tono claro elegido tanto en el suelo como en las paredes, nos da mayor sensación de amplitud y luminosidad a una estancia pequeña.

Y por último y no menos importante para el conjunto de la reforma ha sido: quitar el gotelé de toda la casa, pintar todas las paredes con tonos claros y cambiar todas las puertas por unas lacadas en blanco para potenciar todavía más la luz de la vivienda.

Aprovechando que el suelo de toda la casa era de madera natural rastrelada, lo hemos lijado y barnizado de nuevo. 

Marta y Ramón satisfechos con su casa, contentos con la nueva disposición de la cocina, con la luminosidad de toda la vivienda y con el nuevo aire más romántico y relajante del salón. Y ¡bualá! reforma terminada.



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